El Canal de Chiquimulilla en el Sur de Guatemala.
Para informarse de la historia del Canal de Chiquimulilla hay una fuente única de los datos de este trabajo, es el valioso libro, Monografía, Santa Cruz Chiquimulilla escrito por el ciudadano chiquimulillense Eduardo Pineda Pivaral. La siguiente publicación es basada en este libro:
En 1886 existía un serio problema para los habitantes de la región del Sur Oriente, no había carreteras o buenos caminos para facilitar el comercio.
Las cosechas y productos de Chiquimulilla se tenían que ir por caminos de herradura bastante reducidos que eran calculados para el paso de un peatón con carga, o bien para conducir un caballo, que eran los únicos medios más comunes de transporte existentes.
Esto limitaba la venta de las cosechas cuales eran abundantes y causaba que se vendieran a precios bajos, y que algunas veces no se vendieran.
Como solución al problema, se propuso la construcción de un canal que permitiera la salida de los productos y cosechas hacia el puerto San José. Para esto se reunió la Municipalidad de Chiquimulilla en cabildo abierto y con la concurrencia de la mayoría de vecinos, el alcalde Lázaro Sales hizo saber al pueblo la urgencia de tan importante vía comercial.
Allí mismo se acordó organizar un contingente de personas que irían a romper el canal. Así salieron muchos hombres y mujeres, provistos de piochas, azadones, hachas y machetes, en una hermosa mañana del 10 de enero del año 1886.
Quienes fueron despedidos entre abrazos y una alegre gritería que los familiares y amigos quienes les daban el adiós y el aliento que ellos necesitaban para trabajar con ardor.
Los trabajadores se fueron vía el Papaturro, para empezar a unir los zanjones del Papaturro, Las Animas, El Racionero, La Rajada y El Magarin. En cada uno de esos zanjones se establecieron campamentos: en El Papaturro El del Agua Dulce; en Monterrico, El Pumpo y Las Quechas; en el Sanjon de Las Animas los campamentos de: La Candelaria, El Jìcaro, El Garitòn, y La Estacada.
En el estero de Magarìn: El Conacaste, Atitàn, y Puerto Viejo o lztapa, en María Linda. La mayoría de esos lugares se transformaron en aldeas o caseríos. Los jefes eran Narciso Ibarra y el campesino poeta, Estanislao Hernández. Ellos recorrían la zona de los trabajos, en zonas opuestas y cuando hacían el recorrido se encontraban para indagar del progreso y mandar el informe al Alcalde de Chiquimulilla.
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Las enfermedades afectaron a los trabajadores, a lo que había que agregar las enormes plagas de zancudos, jejenes y tábanos que les transmitían la mortal fiebre palúdica que en aquellos tiempos, cuando no existían los medicamentos adecuados, era desastroso y más difícil de curar, por eso muchos perdieron la vida.
Cuando llegaba a Chiquimulilla un hombre que enviaban de correo, se le esperaba con ansiedad, temiendo las malas noticias pues, no solo las plagas contribuían a sus muertes, sino que las enormes cantidades de miasmas y lodo sirviendo de vivienda a las culebras acuáticas, lagartos y un seguro refugio a las fieras que también se sumaban a la destrucción de los que trabajaban entre el lodo y con el agua al pecho.
En Chiquimulilla al saberse la noticia de todos estos contratiempos, con correos especiales, enviaron en zurrones de cuero, cáscaras de quina para combatir el paludismo; cáscaras de palo de pito, como contraveneno por las mordeduras de las culebras y raíces de Valeriana para la sequedad de los nervios, debido al exceso de sol.
Muchas personas jamás volvieron a ver a los suyos. Después de tantas penalidades, el gobierno de la República decidió apoyar el proyecto teniendo en cuenta lo beneficioso que sería para el país esa vía acuática que une a tres departamentos.
Así, por acuerdo gubernativo del 9 de febrero do 1887 en tiempo del presidente, general don Manuel Lisandro Barillas, se autoriza la formal apertura del Canal de Chiquimulilla, con el gobierno ayudando económicamente.
El 18 de octubre de 1889 el gobierno autorizó los trabajos, aportando y pagando a los técnicos y parte de las planillas, tocándoles el resto a Chiquimulilla, que también sacrificaba a sus hombres y mujeres.
Con estos valiosos elementos, si fue haciendo ya un trabajo formal que llegó al puerto San José, a los 6 años de su autorización. Siendo inaugurado por el presidente general José María Reyna Barrios, bautizándolo con el nombre de Canal de Chiquimulilla en homenaje al pueblo que trabajó para bien de toda Guatemala.
Al terminar los trabajos muchos trabajadores ya no regresaron a Chiquimulilla y se quedaron a vivir por aquellas regiones, entre los que se recuerdan algunas familias que fueron los primeros pobladores de las aldeas que están a la orilla del Canal: los Grajeda, los lbarra, los Enríquez, Los Montepeque, los Cuellar, los Silva, los Ramírez, los Castillo, los Montes, los Gómez, los Flores, los Rizo, y muchos más.
Fuentes:
- Libro: Monografía, Santa Cruz Chiquimulilla por Eduardo Pineda Pivaral.
- Tesis: Legislación Ambiental, Un Derecho Vigente no Aplicable al Canal de Chiquimulilla, Santa Rosa, preparada por Carlos Armando Castañeda Diaz.
- Colaboración de Rigoberto Roldán.