Tres representantes del Récord Guinness arribaron a Guatemala, para hacer la medición del recorrido que tuvo la alfombra de aserrín que logró más de 2 mil metros de largo.
El trayecto de la alfombra comenzó sobre la 6 avenida y 18 calle de la zona 1 hasta el parque Jocotenango de la zona 2, de la ciudad de Guatemala. La distancia unió 2 mil 137.8 metros de largo. Longitud mayor que la del año pasado, cuando el país también ostentó el Récord Guinness con una alfombra similar, pero de 1 mil 278 metros.
La nueva marca fue la meta propuesta por voluntarios del Arzobispado de Guatemala y la municipalidad Capitalina. En la hazaña participaron miles de voluntarios, quienes maniobraron 120 mil libras de aserrín destinadas para actividad.
La logística comenzó el miércoles santo 16 de abril a las 20 horas, pero fue una hora después cuando los voluntarios comenzaron a darse cita en el lugar. A las 3:30 de la madrugada del Jueves Santo ya estaban presentes más de 5 mil voluntarios. Y a las 10 horas del Jueves Santo, se inició la medición oficial de la alfombra a cargo del Juez Internacional de Guiness, Evelyn Carrera.
Posterior a esto, fue dirigido sobre la alfombra el paso procesional de Jesús atado de la Iglesia del Carmen del centro de la ciudad. Éste fue acompañado por el Monseñor Arzobispo Óscar Julio Vian. En el recorrido se tuvo 4 puntos de reflexión, iniciando por el Parque de Jocotenango en zona 2, San Sebastián en zona 1, Iglesia San Francisco y por último en la 18 calle y 6 avenida.
En el último punto fue donde se recibió la certificación oficial de la acreditación como la alfombra más grande del mundo manos de la Jueza Carrera. El certificado fue recibido por el señor Arzobispo y representantes de la municipalidad.
El significado de las alfombras
Las alfombras de serrín, flores o frutas constituyen una de las características más importantes de las celebraciones de la Semana Santa guatemalteca.
Las largas y extraordinarias alfombras propias de la cultura guatemalteca son parte del llamado arte popular efímero y están enraizadas en la memoria colectiva del guatemalteco desde tiempo atrás. Son ejemplo del sincretismo religioso y cultural.
Su origen tiene dos fuentes: en la época prehispánica se sabe, por los cronistas españoles del siglo XVI y los testimonios indígenas escritos, que los señores y sacerdotes caminaban, en ciertas ceremonias, sobre alfombras de flores, de pino y de plumas de aves preciosas como quetzal, guacamaya y colibrí.
Esta tradición mesoamericana se encontraba presente, en particular, entre los indígenas tlaxcaltecas que durante la Conquista, en el siglo XVI, fueron traídos como personal militar de apoyo por los conquistadores iberos. En la ciudad de Santiago de Guatemala, en 1527, a estos indígenas les fue asignado solar para vivir en donde hoy se encuentra el pueblo de Ciudad Vieja, en Sacatepéquez.
Por otro lado, a ello se suma la influencia española, particularmente de las Islas Canarias, en Tenerife e Isla de la Gomera, en donde se elaboraban alfombras desde tiempos remotos, ya que hay testimonios escritos del siglo VII, confeccionadas con tierras de colores, arenas y también de flores.
Otra tradición primitiva catalana consistía en sembrar el suelo, por donde debía pasar la procesión del Corpus Christi, de ramaje de plantas olorosas como el romero o el espliego que, junto a los pétalos de rosas que se echan al paso del Santísimo Sacramento, crean un ambiente especial, medio campesino medio urbano por donde había de pasar la procesión, explica el sitio oficial de Cuaresma y Semana Santa en Guatemala.