Otro Zoo
Por Rodrigo Rey Rosa
Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias, máximo galardón que el Gobierno de Guatemala da a un escritor por la totalidad de su obra, fue el premio que en el 2004 el Ministerio de Cultura le otorgó a uno de los narradores contemporáneos más originales dentro de la literatura nacional, Rodrigo Rey Rosa. Se caracteriza este autor por su originalidad, sobriedad, ambigüedad y misterio, así también porque muestra en sus obras la cruel realidad de Guatemala a principios del siglo XXI.
De los cuentos más recientes de este autor se denomina Otro Zoo, el cual fue escrito en el 2005. Es capaz el autor en este libro de dar en una breve descripción de sus personajes, por lo corto del cuento, suficiente información para decir de sus personajes lo necesario para comprenderlo y vivir el cuento relatado.
Fue como si supiera exactamente adónde tenía que ir, como si se hubiera tratado de una cita. Alzó el brazo para tomarme de la mano, tiró suavemente – casi todo lo hacía con suavidad-, y yo la seguí. Me condujo hasta el automóvil de su madre, que estaba ausente, y le ayudé a subir a sentarse en la silla infantil. – Al zoo, entonces. – Sí – dijo.
Comienza entonces a relatar el autor este cuento, un cuento donde no se sabe cuándo termina la realidad y empieza la fantasía. Se trata entonces de un padre que lleva a su hija de dos años al zoológico, cuando llegan, extrañamente se encuentran solos, y sólo se mira al señor que recoge la basura. Por un momento pierde de vista a su hija y no la vuelve a ver.
Eché a correr hacia adelante, gritando una y otra vez su nombre. A mi izquierda, las garzas y los flamencos dormidos sobre una sola pata, los cocodrilos inmóviles y el hipopótamo permanecían indiferentes a mis llamados. Intenté gritar más alto, lancé gritos en todas direcciones; hacia la jaula de los monos, de los venados, los búhos, los quebrantahuesos y las águilas, pero nadie contestó.
Siguió buscándola por todo el zoológico, pero no logra encontrarla. A manera que pasa el tiempo, el zoológico se va llenando de mucha gente, hasta que le resulta imposible buscarla, por lo que acude a los guardianes del lugar y llama a la policía para que con ayuda de sus perros buscaran a su hija, ya que se hacía tarde y el sol se iba ocultando y entraba cada vez más en desesperación por encontrarla. Los policías con sus perros ayudan al desesperado padre, pero el rastro de la niña se pierde en el mismo lugar donde la vio por última vez, el lugar donde por un instante la pierde de vista. Se van los policías y se vuelve a quedar solo en el lugar, momento que llega un barrendero, y le pide que se levante y mire el bote de basura.
Por fin me levanté, di dos o tres pasos, y miré dentro del bote. Había un montón de paja seca y hojas muertas, envoltorios de golosinas, bolsitas de papel. Me incliné sobre el bote y aparté la basura con una mano, y entonces vi lo que había estado esperando ver, lo que no me había atrevido a esperar: la cara de mi niña. Tenía los ojos cerrados, pero los abrió. Me parecía absurdo (y lo era) encontrarla así (…) – Vengo a despedirme – dijo-. No me volverás a ver. Dijo no con la cabeza, luego sonreí, confundido. Era imposible que en unas cuantas horas hubiera aprendido a hablar así.
Logra Rey Rosa que este relato llegue a captar al lector de una forma que paran siendo recordados de un modo u otro, ya que les da un toque fantástico al cuento, un toque surrealista que impactan al lector. El lector puede vivir el relato como propio al leerlo y hace que se sientan las preocupaciones y sentimientos de sus personajes al momento de leer su obra. Logra ser un narrador breve, directo, un novelista ilustre.
Fuentes: