Dos mujeres del periodo de la Colonia en Guatemala
En las páginas de los libros de Historia de Guatemala se han olvidado mencionar a las mujeres que participaro de hechos como la formación de la República de Guatemala.
Artículo por: Darwin Carrillo
En raras ocasiones encontramos algún relato de la participación de la mujer.
No obstante, se encuentran mujeres como Dolores Bedoya de Molina y Josefa García Granados, que de manera directa e indirecta fueron participes en la formación del imaginario político y social del país.
Dolores Bedoya de Molina
A Dolores Bedoya de Molina se le conoció como la mujer que participó en la Independencia de Guatemala de la Corona Española. Se dice que al momento de firmar el acta de independencia, fue quien quemó cohetillos y llevó marimba a la plaza central. Sin embargo, fuera de este contexto no se le describe, más que como una hermana del Doctor Molina.
Según la Historiadora Lizeth Jiménez, “El doctor Molina fue perseguido por mucho tiempo, de hecho estuvo encarcelado, y doña Dolores era quien tenía que lidiar con las persecuciones políticas, hasta el hecho de ir a los centros carcelarios a liberar al Doctor Molina”. Perteneciente a una familia que participaba de la política, la cual tenía un pensamiento separatista en relación a los ejes de gobierno y poder de la colonia española, indica.
Las mujeres jugaban un papel esencial.
La mayoría de debates políticos de la época se llevaron a cabo en salones y casas de café, algunas de estas eran espacios privados que permitían que las mujeres participaran. Así es como surgen las mujeres de salón en Francia, Berlín Moscú, Londres y en otras ciudades. Así era como se constituyeron focos de debate intelectual y literario donde las mujeres jugaban un papel esencial.
La Casa de Dolores Bedoya de Molina era frecuentemente visitada por políticos de la época, en las denominadas tertulias patrióticas, que eran reuniones donde se concertaban las luchas políticas de la época, en las que se buscaba la independencia de toda la región centroamericana.
Desde la conjura de Belén, que fue uno de los primeros movimientos independistas del país, se encuentra información de la participación de Doña Dolores de Bedoya en el ámbito público, intercediendo por los hombres de su familia.
Josefa García Granados
Por otra parte Josefa García Granados, conocida como la “Pepita”, mujer de gran trascendencia en el ámbito literario, hermana del Presidente Miguel García Granados, amiga del poeta y escritor José Batres Montufar, que según datos históricos y bibliográficos, escriben de la misma como una personalidad excéntrica, y cuyo interés por las artes y el periodismo hicieron que su persona resaltara en la época colonial, por sus conocimientos y sus poemas de corte satíricos.
A los inicios de su carrera como escritora, fue conocida con el seudónimo de «Juan de las Viñas» para no ser identificada como mujer. Se dice que fundó dos periódicos, uno de carácter político y el otro con tendencias literarias, el cual lo fundó con José Batres Montufar, denominado Cien veces Una, y en su primera publicación, editaron el siguiente texto:
“Cien Veces Una te envío
a cambio de Diez veces Diez
ya que has hurgado otra vez
el hormiguero hijo mío”.
Con el diario Cien Veces Una,
entró en disputa con el grupo opositor de la época, quienes eran antagónicos a los intereses de los criollos y su alcurnia, y según la escritora Aída Toledo el diario le sirvió como un medio de comunicación y difusión desde donde podía entrar en polémica con hombres que pensaban distinto, y que estaban vinculados con las nuevas tareas post independistas y la formación del nuevo ideario político y social.
A través de dicho periódico el cual es desconocido por muchos, se puede encontrar la lucha de clase social dentro de la formación política e ideal del país.
En los textos literarios como periodísticos Josefa García Granados aparece como una mujer que luchaba por sus ideales a la clase social a la cual pertenecía, infundiendo su pensamiento abiertamente a través de estos medios, y que para su época era una excentricidad, puesto que la mujer no era muy participe de dichas actividades.
Josefa García Granados no solo fue partícipe de la vida literaria y periodística de la época, también dio espacio a su vida personal al casarse y tener seis hijos. No obstante, esto no impidió que continuara con sus aspiraciones políticas, lo que le permitió un desarrollo en estas artes, puesto que su clase social, determinó su posición política y posiblemente permitió su desenvolvimiento en este ámbito.
Pepita era atrevida y valiente.
María Josefa Granados, no pasó desapercibida por grandes escritores de su época como es el caso del escritor guatemalteco Máximo Soto Hall quien la describe como: “Pepita era atrevida y valiente. En los tiempos en que los hombres no salían a la calle de noche, ella visitaba a sus amigos sin atender la hora”.
Miguel García Granados
El mismo hermano, Miguel García Granados, la describe en sus memorias: “Mujer de genio independiente, despreocupada, de mucho ingenio y travesura; con gran facilidad para versificar y mucho chiste para sus sátiras; era lo que puede llamarse un ente original, y de trato peligroso. ¡Pobre de aquel a quien le ponía la puntería¡”.
No solo la vida de esta gran escritora fue desarrollo de polémicas, su misma muerte está envuelta en una leyenda, la cual indica que con su amigo José Batres Montufar realizaron un pacto y se pusieron de acuerdo en que el primero que muriera debía regresar del más allá y demostrarle al sobreviviente que efectivamente existía el infierno. El pacto lo sellaron en el año 1844, meses antes que muriera el poeta Batres. Según se sabe, Batres habría regresado del más allá confirmándole la existencia delinfierno diciéndole: ¡Sí hay infierno, Pepita!.
El legado
que dejó esta escritora no solo está plasmado en sus obras literarias, si no en los periódicos fundados por ella, donde se ve claro la lucha política a la cual estuvo inmersa en la época que vivió, convertida en un personaje de la colonia que formó el imaginario político del desarrollo detrás de la independencia de Guatemala.