Las Capitulaciones de Tezulutlán
La población que ahora se conoce como Cobán, fue el centro de Tezulutlán, Tierra de Guerra, una fortaleza del Rabinal maya.
Este territorio fue habitado por las tribus indígenas Lacam-tún (Lacandones). Los Lacandones eran conocidos por evitar todo tipo de contacto con los españoles y con las tribus que ya habían sido conquistadas, escondiéndose y refugiándose en lo mas profundo de los bosques y selvas.
Lancandonas
En 1530 comenzó la conquista de esta región por medio del capitán Alonso de Avila quien luchó fuertemente contra las tribus Lancandonas. Estas tribus tenían guerreros a quienes los españoles no lograron vencer. Fueron varios los intentos por conquistar a los lacandones, desde Nueva España lo intentó Juan Enríquez de Guzmán, desde la Península de Yucatán lo intentó Francisco de Montejo, desde Guatemala Pedro de Alvarado con el capitán Francisco Gil Zapata y desde Chiapa Pedro Solórzano.
Tierra de Guerra
Mopones, tzeltales y choles fueron reubicados paulatinamente en pueblos de paz donde fueron evangelizados. Los lacandones que originalmente habían evitado la confrontación abierta, cambiaron de actitud y comenzaron el asalto de las localidades cercanas a la selva. Por otra parte en Tezulutlán los achíes resistían las acciones de conquista, de tal forma que estos territorios fueron referidos como “Tierra de Guerra”, y fueron el objetivo militar de los conquistadores españoles.
Capitulaciones de Tezulutlan
En 1531 surgieron las Capitulaciones de Tezulutlan impulsadas por Fray Bartolomé de las Casas y Alonso de Maldnado y así dio comienzo la Conquista Pacifica. Fray Bartolomé de las Casas realizó negociaciones con el oidor de la Segunda Real Audiencia de México, licenciado Alonso de Maldonado, para conquistar pacíficamente los territorios insumisos por medio de los métodos de reducción y evangelización, los cuales serían llevados a cabo por los misioneros de la Orden de Predicadores.
El acuerdo fue firmado el 2 de mayo de 1537, la Tierra de Guerra solo podría ser sometida por medios pacíficos y sus habitantes tendrían que acceder voluntariamente para convertirse en vasallos de la corona española. Los indígenas no serían entregados por ningún motivo al sistema de encomiendas. Durante los primeros cinco años, tampoco sería permitida la entrada a ningún español a excepción del propio gobernador quien además sería acompañado por los frailes.
Para 1539 el Papa Paulo III ya había autorizado la creación de la sede episcopal de Ciudad Real, la cual incluía Chiapas, la Vera Paz, Tabasco y la todavía no conquistada Península de Yucatán.