Monumento a los Próceres de la Independencia
También conocido como El Obelisco, el Monumento a los Próceres de la Independencia fue construido el 19 de julio de 1935 durante el gobierno de Jorge Ubico, para conmemorar la independencia de Centroamérica.
En 1950 con motivo de los juegos Olímpicos, el presidente Juan José Arévalo hizo colocar en la fachada de El Obelisco un Altar a la Patria, un pebetero de cobre gallonado instalado en el lugar arde “la llama eterna de la libertad”. Este es un recipiente que se apoya sobre un pedestal de filigrana, modelado en hierro de forja. En la placa de bronce con mármol blanco se lee lo siguiente:
“Guatemalteco: esta llama simboliza nuestra suprema aspiración de libertad y de justicia. Venérala. Respétala. No permitas que se extinga nunca”.
Además, arriba del pebetero se colocó el texto original del Acta de la Independencia, fundido en bronce. Otro elemento que se agregó en 1985 fue una copia de la Constitución Política de la República en un sitial de honor.
En 1996, se remodeló la plaza y se colocaron cuatro pérgolas a los lados, así como el escudo de la Municipalidad de Guatemala. También se robustecieron los mosaicos con ladrillos grabados con el nombre de las personas y empresas que patrocinaron los trabajos.
El Diseño
Fue diseñado por el Ingeniero Civil y Arquitecto, Rafael Pérez De León, quien también diseñó el Palacio Nacional de la Cultura, la cúpula del templo de La Merced, el edificio de la Dirección General de Correos y Telégrafos, la Biblioteca Nacional, entre otros.
El escudo de armas que se encuentra colocado en la parte superior del monumento es obra de Rodolfo Galeotti Torres, quien es un reconocido escultor guatemalteco.
Sobre la Estructura
La columna central es llamada Obelisco y tiene una altura de 18 metros. En su parte superior tiene un escudo de Guatemala en relieve, tallado en piedra de 3 metros de altura por 2 metros de ancho. Está compuesto de cemento armado y revestimiento de piedra artificial, pesando 221 toneladas.
Homenaje a Justo Rufino Barrios
En 1935 se festejaron los 100 años del nacimiento de Justo Rufino Barrios y eso trajo varios festejos y actividades en el país, entre ellos, la inauguración de El Obelisco. Otra de ellas fue la instalación de la Torre del Reformador, además se trasladó su monumento a Justo Rufino Barrios frente a la Estación Central del Ferrocarril. También en honor a él, en Quetzaltenango, se colocó un monumento similar al de los Próceres de la Independencia, llamado “Obelisco de la Victoria”.