Guatemala en tiempos de Justo Rufino Barrios
El expresidente Justo Rufino Barrios es el personaje recordado por los guatemaltecos que sobresale por los cambios económicos, religiosos y sociales que le dejó al país.
19 de julio de 1835
Justo Rufino Barrios nació el 19 de julio de 1835 en San Lorenzo, San Marcos. Y murió en abril de 1885, durante la batalla de Chalchuapa, territorio salvadoreño.
En 1871, junto a Miguel García Granados y otros generales organizaron un movimiento para derrocar al gobierno conservador del mariscal Vicente Cerna. Así las fuerzas liberales llegaron a la ciudad de Guatemala y dejaron de manera provisional en la presidencia a Miguel García Granados.
1873
Justo Rufino Barrios alcanza la presidencia en 1873 y se extiende hasta 1885, tiempo que aprovecha para llevar a cabo una serie de cambios que consideraba necesitaba la sociedad guatemalteca.
1879
Fue electo nuevamente presidente en 1879. Durante su segundo periodo ejerció un gobierno personal y autoritario. Su ambición era integrar a los cinco estados independientes de Centroamérica, lo defendió con armas.
Durante su gobierno puso en marcha la llamada Reforma Liberal, decretaba la libertad de prensa y culto, así como la supresión de los diezmos y de las órdenes religiosas, impulsó la educación laica y se buscó fuera gratuita y obligatoria.
En lo económico, la historia le sitúa como un personaje que impulsó el cultivo de café́ y otras siembras con el fin de incrementar los ingresos. Quería que el Estado pudiera legitimar la propiedad individual de la tierra en favor de los cafetaleros emergentes.
A él se le atribuye la fundación de los primeros sistemas bancarios, los necesitó para financiar la red de servicios del ferrocarril y las comunicaciones.
1874
En 1874, fue él quien fundó el primer banco. Lo llamó Banco Nacional de Guatemala. La fundación de este establecimiento se dice fue producto de la venta de los bienes y tierras que expropiaron a la iglesia católica y sus órdenes religiosas.
Ese banco como el Agrícola Hipotecario únicamente operó durante 32 meses. Fue declarado en quiebra el 24 de noviembre en 1876, algunos textos indican que los préstamos que otorgó a funcionarios cercanos al gobierno fue el motivo, otros lo atribuyen a la deuda que dejó con el Estado por la emisión de billetes.
El expresidente Barrios buscó la liberalización de las instituciones. En 1879, cuando la historia guatemalteca experimentaba turbulencias en su conformación política caracterizada por golpes de Estado, presidencias militares y cambios constitucionales.
Dio paso a la nueva Constitución que reconoció el derecho de exhibición personal y el régimen de separación de poderes.
La iglesia y Barrios
El texto La Iglesia de Guatemala ante la Reforma Liberal (1871-1878), escrito por José Edgardo Montoya -licenciado en ciencias religiosas por la Universidad Rafael Landívar-, hizo una recopilación de los hechos con tal de ser un referente en la historia donde los actores eran Justo Rufino Barrios y la iglesia, y los escenarios llegaron hasta la expropiación de bienes de los religiosos y hasta la expulsarlos del país.
Los cambios que marcó el trabajo de Barrios, sin duda, provocaron disturbios y constantes levantamientos en el interior del país. Sin embargo, Montoya concluye que más que destruir la religión, lo que se perseguía era que Guatemala fuera un estado de subordinación más estricto.
1871
“En ese momento el poder económico que la iglesia manejaba no representaba cantidades exorbitantes. Por lo que solo perseguía aprovechar los bienes y ponerlos en circulación de manera productiva”, anota en su texto.
Y explica que luego de la que llama su “entrada triunfal” el 30 de Junio de 1871, el nuevo Gobierno comenzó a moverse para implementar las nuevas medidas administrativas que serían la expresión de su programa, el que había difundido con anterioridad ante la población.
Decreta la libertad de prensa
De acuerdo con la investigación de Montoya, Justo Rufino Barrios reconoce el Gobierno Liberal de Tomás Guardia en Cosca Rica -con el que la administración anterior se encontraba en franca enemistad-, decreta la libertad de prensa el día 5 de julio para así echar por tierra le censura civil y eclesiástica a la que estaban sometidas las publicaciones, señala el profesional.
“Sería un gran error el enfocar este proceso como una desavenencia repentina que se suscitó entre el Gobierno Provisorio y la Iglesia y que sería aprovechada por éste para iniciar el proceso de ‘reforma religiosa’ en el país”, añade.
La revolución estaba por llegar.
Los jesuitas tenían mayor difusión en los medios escritos, tenían influencia en el sistema educativo del país y en la acción pastoral de la iglesia, suscitaría diversas reacciones que desencadenarían el aceleramiento del proceso de ‘reforma religiosa’ contemplado dentro del programa del nuevo gobierno para alcanzar sus objetivos económicos y políticos.
ElMalacate
Algunos religiosos comenzaron a ser señalados. En Quetzaltenango, por medio del periódico ElMalacate se empezaron a regar las ideas anti-clericales inherentes al ya discurso oficial, particularmente ataques en contra de los jesuitas, quienes tenían un colegio y una parroquia en dicha localidad.
Los jesuitas apelaron a las autoridades locales para poner fin al atropello, pero el Concejo municipal más bien llegó a la conclusión de que la estadía de los jesuitas en el país era ilegal, pues el decreto de su restablecimiento no había sido aprobado por la refrendada por la ciudad de Quetzaltenango, el texto.
La versión del Padre Rafael Pérez, sobre el suceso mencionó que Barrios mandó rodear el Palacio del Ayuntamiento y bajo amenazas hizo firmar el Acta a ciudadanos quezaltecos honorables que eran amigos de la Compañía, quienes en un principio se resistieron pero posteriormente fueron llevados a actuar por la fuerza.
2 de agosto de 1871
Entonces la afirmación quedó signada en un acta que se elaboró a partir de una manifestación que un grupo de vecinos simpatizantes del nuevo Gobierno hizo el 2 de agosto de 1871, en el que exponían las razones por las que los jesuitas ya no debían permanecer en Guatemala, se les acusaba de enriquecimiento ilícito a través de donaciones testamentarias y robo, de importar artículos para venta sin pagar los impuestos aduanales, de tener gran influencia en el gabinete de Vicente Cerna y muchos cargos más.
Al final los bienes de los religiosos fueron nacionalizados, la Orden de Congregantes de San Felipe de Neri desapareció junto a todas las comunidades religiosas del país, y a sus miembros se les devolvió la personalidad civil.