Una de las primeras construcciones de la Ciudad Universitaria zona 12
El Iglú de la Universidad de San Carlos de Guatemalas es obra del arquitecto guatemalteco Pelayo Llarena Murúa.
Por Sandra Martínez
Una de las primeras construcciones de la Ciudad Universitaria zona 12
El arte de construir iglús nos transporta a la historia de los esquimales que hacían uso de este tipo de construcciones para refugiarse del frío. Pero, de quién fue la idea de construir un Iglú en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) y cuál sería su utilidad.
El autor de la obra del Iglú es el arquitecto e ingeniero guatemalteco Pelayo Llarena
Murúa, quien también hizo otras obras ubicadas en el Centro Cívico como el edificio de la Municipalidad de Guatemala, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, el Campus de la Universidad Rafael Landívar y el Mercado de La Presidenta, entre otras, señala el arquitecto Danilo José Soto Castañeda en un documento elaborado en 2012 para el curso de Interpretación Arquitectónica II, de la Maestría de Diseño Arquitectónico de la universidad.
El Anfiteatro de Ciencias Básicas de la Facultad de Agronomía de la (Usac), hoy conocido como Aula Magna o Iglú es una de las primeras construcciones realizadas en los años 50 en el campus universitario de esta casa de estudios.
En los años 50
Pelayo, fue de los pocos arquitectos que existían en los años 50 en el país, era el colegiado número 11 de arquitectura y el 145 en ingeniería. Para continuar sus estudios emigró a Chicago Ilinois, Estados Unidos a estudiar en donde obtuvo el título de Bachelor Science in Architecture.
Durante su carrera universitaria Pelayo fue influenciado por los arquitectos Mies Van Der Rohe, Frank Lloyd Wright y Oscar Niemeyer, este último de gran inspiración en la arquitectura moderna internacional. Realizó en aquella época varias obras en Brasil que fueron de gran influencia para que Pelayo Llarena Murúa se motivara a realizar ese tipo de construcciones en Guatemala.
Su planificación
La planificación del Iglú la realizó en 1958, en esta época ya existían los edificio de Calusac y Facultad de Ingeniería, mientras que el de Rectoría y Arquitectura se encontraban en construcción. Actualmente esta área forma parte del conjunto patrimonial de obras con mayor riqueza arquitectónica dentro del campus universitario.
Inicialmente la obra fue concebida para la docencia, reuniones y asambleas diversas. Con el tiempo se impartían clases magistrales de filosofía, lenguaje y matemáticas. Por eso se hizo énfasis en que en el diseño se incluyera un cuarto de proyecciones, escenario, pasillos laterales de circulación, servicios sanitarios, área de refacción, cuartos de traductores y un área verde. En el proceso de construcción varió el diseño original y quedó el cuarto de proyecciones, escenario camerino y área de butacas con capacidad para 450 personas.
Diseño
La iluminación natural proviene de manera indirecta por medio de la cúpula superior que transmite la luz al elemento laminar esférico, acentuándolo con color blanco.
Es evidente la masividad que soporta la estructura esférica, la losa posee un espesor de 0.15 metros en la parte inferior y 0.07 metros en la parte superior. La obra tiene semejanza a una estrella de mar vista en planta que consta de 28.60 metros de diámetro.
Las fachadas responden al elemento de cubierta, conservándose los trazos curvos de tipo paraboidales. La superficie esférica arranca dentro del terreno mediante estructuras que se unen entre sí, formando arcos y el muro que define el espacio interior forma un corredor externo. Cuenta con un muro de media luna para formar el hemiciclo y crear una mejor visión para el espectador hacia el escenario.
Actualidad
“Cuando vine a trabajar al Iglú hace siete años el edificio estaba totalmente abandonado, habían filtraciones de agua por todos lados, no había equipo de audio, ni micrófono. Con el ánimo de rescatar al Iglú me involucré en el mantenimiento y en equiparlo. Después de varias solicitudes se logró tener un equipo completo de audiovisuales, sonido y micrófonos que utilizamos cuando se realizan los eventos” comenta el supervisor Haroldo Lasniva Luna.
A través de la historia el Iglú ha sido escenario de importantes eventos nacionales e internacionales.
“Hace cuatro años tuvimos el agrado de recibir al arquitecto Pelayo Llarena Murúa, que ya tenía unos 92 años de edad, quien dictó una conferencia, a su ingreso le ofrecí un micrófono y me respondió “Yo construí este edificio, así que lo único que le pido es que haya silencio total”, recuerda Lasniva.
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